
Viruela símica: ¿Realmente un problema potencial de salud pública?
Por obvias razones, es normal que las enfermedades infecciosas actualmente sean bastante preocupantes –*cof cof, COVID*–. Los estragos de esta pandemia aún los vemos todos los días y la reemergencia de la viruela símica fuera de las zonas habituales o endémicas donde existía la enfermedad, han encendido datos de alarma a nivel mundial.
Para empezar es importante destacar que la viruela símica (VS) no es una enfermedad nueva, como la COVID-19. La VS surgió en África en 1958 en simios de la región central y occidental de este continente. El primer caso en seres humanos fue reportado en 1970 en República Democrática del Congo y a lo largo de la historia han surgido diferentes brotes, o epidemias muy locales, de las que no se sabe mucho fuera del contexto médico-biológico.
Han existido casos de otros brotes fuera del continente Africano, quizá el más significativo, aparte del actual, es el de junio de 2002 en Estados Unidos que involucró 79 casos incluidos y 29 confirmados por laboratorio asociado con roedores infectados comprados como mascotas, así que definitivamente no es nueva ni desconocida.
Viruela símica en el mundo y en México hoy
Para el 19 de agosto de este año se confirmaron 41,269 casos a nivel mundial y en México hasta el 15 de agosto se confirmaron 252 casos, siendo más frecuente en hombres (94%) que en mujeres (6%). Las edades con mayor reporte de la enfermedad oscilan entre los 30-39 años de edad y el mayor número de casos se reporta en Ciudad de México, seguido de Jalisco y Yucatán. Afortunadamente, hasta este momento no se han reportado defunciones en nuestro país.
¿Cómo se contagia?
Los formas de contagio de la VS son varios, por eso su transmisión es más rápida y efectiva. Generalmente inicia con un animal o un ser humano infectado y el contagio se desencadena al tener contacto directo. Lo que preocupa ahora es que aparte de esta fuente de contagio también se está presentando por saliva, fluidos corporales, gotas respiratorias y objetos inanimados como ropa, utensilios o muebles.
En este contexto, el contacto sexual se vuelve un riesgo enorme porque, aunque actualmente no haya evidencia de material del virus de la VS en semen, al concretar una relación sexual, en la gran mayoría de los casos, hay intercambio de fluidos corporales, saliva y secreciones respiratorias.
También han habido casos de transmisión de mamás hacia sus bebés recién nacidos por contacto y por paso por el canal de parto. Lo que sí es que actualmente no existe ninguna recomendación de suspender la lactancia materna en casos de VS.
Síntomas
Lo primero que debes saber es que en realidad la enfermedad tiene un periodo de incubación promedio de 13 días pero han observado que puede variar entre 5 y los famosos 21 días, por lo que si aparecen ronchas es mejor que hagas memoria de tus actividades preferentemente en los últimos 21 días.
Es claro que la principal manifestación de la VS son la lesiones en la piel, pero estas van acompañadas de fiebre, ganglios inflamados en el cuello, ingles y axilas, dolor de garganta intenso, dolor de cabeza, cansancio exhaustivo, dolores musculares, bajo estado de ánimo y, en un porcentaje bajo de pacientes, como dolor o molestias anorectales.
Las lesiones comienzan en el sitio de principal exposición, es decir, si hubo contacto sexual es altamente probable que inicien en genitales o en la cara y después se esparzan y extienden como la ropa cuando la metemos a la centrifugadora del centro hacia afuera. La característica principal de las lesiones son vesículas, que para fines prácticos es una roncha con agüita en el interior, misma que después se vuelve pus lo que convierte a la lesión en una pústula que es como un gran barro que tiene un hoyo en el centro u ombligo, que se ulcera y después se convierte en una costra.
La clave del éxito para el diagnóstico es que todas las lesiones evolucionan al mismo tiempo, lo que quiere decir que todas pasan de mancha a roncha al mismo tiempo y luego todas juntas se vuelven una vesícula, después pústula y así hasta ser todas juntas costras.
Otras ronchas se parecen mucho a las de la VS, por eso es muy importante conocer paso a paso cómo se presenta la enfermedad y cuáles son los síntomas que han presentado los pacientes.
¿Es peligrosa?
La realidad es que no si llevamos un estilo de vida saludable. Si pertenecemos a algún grupo de riesgo es probable que presentemos alguna complicación como sobreinfección de las lesiones en la piel por bacterias o un número importante de lesiones que causen algo que se llama exfoliación y simule una quemadura una vez que todas la lesiones se ulceran, que al mismo tiempo provoca deshidratación. Otras complicaciones pueden ser neumonía o infección de nuestro sistema nervioso central.
Es importante conocer y evaluar nuestro riesgo de exposición. Si somos personal de salud debemos utilizar el equipo de protección personal, muy parecido al que utilizamos para atender pacientes con COVID-19. Si no eres personal de salud, los 4 escenarios de peligro son: inhalar gotas respiratorias en lugares aglomerados y concurridos como eventos masivos (más si se llevan a cabo en espacios cerrados), contacto con heridas o lesiones de personas infectadas, contacto sexual y contacto con una persona positiva a VS que viva bajo el mismo techo.
¿Cómo se diagnostica?
Con pruebas especiales que buscan los genes del virus en el líquido de las vesículas y costras. También se pueden hacer pruebas muy similares a las de COVID-19 en la nariz o garganta para el diagnóstico, aunque estas últimas solo están recomendadas para los contactos y para los que no presentan lesiones porque sí, también puede presentarse sin lesiones pero esa es otra historia y son los casos menos frecuentes.
¿Cómo se trata y cómo se previene?
Lo principal es aislarse por 21 días y vigilar los síntomas día con día. Existen ya 3 medicamentos que funcionan como antivirales, siendo el más famoso uno que se llama Tecovirimat. Es importante decir que la presencia de tos, dificultad para respirar, fiebre de difícil control, incapacidad para ingerir alimentos, alteraciones en el estado de conciencia, infecciones de la piel y afectación de los ojos son motivo de alarma para buscar atención médica especializada.
La buena noticia es que existen dos vacunas que previenen la enfermedad y que pueden hacer que dure menos y sea menos aparatosa.
Tu mejor defensa es mantenerte informad@ y consultar fuentes confiables como ésta, por favor no creas todo lo que ves o lees allá afuera. Ahora que ya viste este artículo y sabes los riesgos cuentaselos a tu comunidad, pero sobre todo repíteles las recomendaciones: evitar eventos masivos, reducir los estigmas en grupos específicos (como las personas que viven con VIH o los hombres que tienen sexo con hombres), evitar el exceso de información y lo más importante: evitar la desinformación.
Porque sí, la viruela símica sí es un potencial problema de salud pública por el aumento acelerado de los casos en poco tiempo, y porque el acceso a las vacunas todavía es limitado al igual que los medicamentos para su tratamiento. Esperemos que lo aprendido con la pandemia de COVID-19 nos ayude a contener con mayor efectividad este nuevo brote de viruela símica.
Fuentes:
- Secretaría de Salud. ¿Tienes dudas acerca de la viruela del mono o la viruela símica?. 2022.
- CDC. Interim Clinical Considerations for Use of JYNNEOS and ACAM2000 Vaccines during the 2022 U.S. Monkeypox Outbreak. 2022.
- CDC. Monkeypox. 2022.
- CDC. Smallpox. 2017.
- Titanji, BK., Tegomoh, B., et al. Monkeypox: A Contemporary Review for Healthcare Professionals. 2022.
- Moore, Z., Seward, J.F., et al. Smallpox. 2006.
- Center for Infectious Disease Research and Policy. Smallpox. 2014.
- The New England Journal of Medicine. Monkeypox Virus Infection in Humans across 16 Countries — April–June 2022. 2022.
- The New England Journal of Medicine. Diagnosis and Management of Smallpox. 2002.
- The New England Journal of Medicine. Clinical management of potential bioterrorism-related conditions. 2015.