
Superbacterias, ¿heroínas o villanas?
Después de lo vivido y aprendido con la experiencia del COVID-19 por supuesto ya es mucho más común que a cada rato escuchemos sobre enfermedades, posibles epidemias y estemos más al tanto de los temas de salud en general. Yo feliz porque la infectología se ha vuelto más popular aunque la humanidad siempre ha coexistido con patógenos amenazantes que causan infecciones, siendo los más comunes los virus, bacterias, hongos y parásitos.
Y está bien que estemos mucho más al pendiente porque la realidad es que tendremos varias batallas que librar en ese aspecto los siguientes años. Se estima que para el 2050 la principal causa de muerte serán las infecciones por bacterias, a las que definimos como “súper resistentes”.
Sobre este dato un poco desalentador tenemos dos noticias: una buena y otra mala. La buena es que desde 1928 sabemos que las enfermedades causadas por bacterias son tratables y prevenibles gracias al descubrimiento del primer antibiótico hecho por el dr. Alexander Fleming; la mala es que a pesar de eso las bacterias son tan inteligentes que han evolucionado junto con los seres humanos y por lo mismo ya existen bacterias que no pueden ser tratadas con penicilina porque han adquirido mecanismos de resistencia a ella u otros antibióticos de uso común.
Meet: las superbacterias
Existen alrededor de 20 familias de antibióticos y de aquí se desprende nuestro tema principal: la resistencia bacteriana. Una bacteria súper resistente o sea una superbacteria, es aquella que tiene mayores mecanismos de resistencia para ser eliminada de nuestro cuerpo por algún antibiótico y existen principalmente tres: las Bacterias Multidrogo Resistentes (MDR) resistentes a al menos un antibiótico de tres familias distintas o más de tres antibióticos de diferentes clases; las Bacterias Extremadamente Multidrogo Resistentes (XDR) resistentes a todos o casi todos los antibióticos que están aprobados para ser usados en seres humanos; y las Bacterias Pandrogo Resistentes (PDR) que no son susceptibles a ningún antibiótico de ninguna categoría, lo que quiere decir que resisten a prácticamente todos los antibióticos disponibles comercialmente, a todos los antibióticos estudiados de rutina y a todos los antibióticos disponibles para tratamiento en seres vivos.
¿Qué significa esto?
Que desafortunadamente estamos en serios problemas porque cada vez es más frecuente ver alguna de estas tres superbacterias en las personas, desde recién nacidos y hasta ancianos, y muchas de estas ya no solamente existen dentro de los hospitales, también se encuentran en la comunidad, fuera del contexto hospitalario. Todo esto las convierte en la mayor amenaza para la salud humana de los próximos años.
Las malas (pero brillantes) de la telenovela
Las superbacterias efectivamente son las supervillanas de la medicina. Son un problema global ya que causan cientos de miles de muertes cada año. En respuesta al aumento significativo de ellas, se han adoptado amplias medidas legislativas que, aunque no lo creas, consisten en limitar o eliminar el uso de antibióticos.
Probablemente te preguntes por qué vamos a limitar el uso de lo que mata a las bacterias si suena tan contradictorio, pero lo que es importante destacar es que la mayoría de las bacterias se vuelven resistentes a los antibióticos por mal uso o abuso de los mismos y es necesario hacer algo al respecto.
Numerosos estudios han documentado que las bacterias utilizan tanto fenotipos como estrategias genéticas que permiten una defensa natural contra los antibióticos y la inducción de mecanismos para aumentar la resistencia a los productos químicos antibacterianos utilizados por ellas mismas para defenderse. Lo anterior tiene un impacto significativo en la reducción de la capacidad para combatir infecciones bacterianas en humanos y animales. No podemos hacer nada contra su inteligencia pero entre menos conozcan nuestros antibióticos, menos aprenden sus puntos débiles para derrotarlos.
Todo con medida
En términos globales el consumo mundial de antibióticos en la medicina humana aumentó casi 40% entre 2000 y 2010 pero después de conocer estos datos se han tomado medidas y su uso sí ha disminuido en los últimos años por eso te piden con tanta insistencia tu receta en la farmacia.
En cuanto al consumo anual de antibióticos por persona, los datos registran que este varió en más de un factor de 10 en todos los países de ingresos medios y altos así que ¡vamos bien!, pero…
¿Qué más podemos hacer?
Lo más importante es hacer uso adecuado, correcto y responsable de los tratamientos antibióticos desde ya porque la lucha contra la resistencia a estos medicamentos es uno de los grandes retos de la medicina.
Para lograrlo hay otras cosas que podemos hacer como mejorar al máximo las medidas de higiene en la población para evitar infecciones, hábito que afortunadamente ha mejorado en la era post COVID-19. De todas formas es necesario reducir y especificar al máximo (y siempre bajo supervisión médica), el uso de antibióticos, tanto en el ámbito clínico con seres humanos como en el veterinario, pues también está demostrado el consumo animal asociado a transferencia de genes de resistencia bacteriana.
La otra gran medida le toca a la investigación científica, que consiste en desarrollar nuevas moléculas, fármacos, principios activos y vacunas que permitan hacer frente al futuro de las infecciones. El consumo consciente y prudente de antimicrobianos es la clave para evitar la resistencia de las superbacterias a los antibióticos y preservar la microbiota o, como antes se conocía, “flora normal” que son las bacterias “buenas” que viven con nosotros.
Por lo pronto y desde tu trinchera, si te mandan un antibiótico, por favor, POR FAVOR, sigue al pie de la letra las indicaciones de tu doctor/a para que las bacterias no nos sigan agarrando la medida.
Fuentes:
- Bengtsson-Palme, J., Kristiansson, E., et al.
Environmental factors influencing the development and spread of antibiotic resistance. 2018. - European Union Law. Regulation (EU) 2019/6 of the European Parliament and of the Council of 11 December 2018 on veterinary medicinal products and repealing Directive 2001/82/EC. 2019.
- Ruvalcaba-Gómez, J.M., Villagrán, Z., et al. Non-Antibiotics Strategies to Control Salmonella Infection in Poultry. 2022.
- Wallace, R.L., Bulach, D., et al. Antimicrobial Resistance of Campylobacter spp. Causing Human Infection in Australia: An International Comparison. 2021.
- Li, Z., Ke, H., et al. Global trends in gut microbiota and clostridioides difficile infection research: A visualized study. 2022.