
Somos lo que comemos
Hasta hace no mucho tiempo todavía se creía –y nos íbamos con la finta– que las calorías, y especialmente la idea de consumirlas lo menos posible, eran la parte más importante de una dieta. Tampoco parecía importar su fuente, las pobres eran las enemigas públicas del mundo entero. Afortunadamente eso ha cambiado en los últimos tiempos, porque la realidad es que cuando se trata del cuerpo, las cosas no son tan simples.
Una ley universal que debemos tener presente siempre es que nuestro bienestar físico y mental está directa y fuertemente relacionado a lo que comemos y bebemos. Nuestros cuerpos reemplazan miles de millones de células todos los días y utilizan los alimentos que consumimos como fuente, por lo que el contenido nutricional de los alimentos que elegimos determinan la composición de nuestras membranas celulares, médula ósea, sangre, hormonas, tejidos, órganos, piel y pelo. O sea, TODO.
Por eso, comer bien es parte de la estrategia que ayuda a reducir el riesgo de padecer enfermedades crónicas como obesidad, diabetes, hipertensión e incluso cáncer, aun cuando podamos tener una predisposición genética. Es importante considerar que no existe una regla para todos cuando se trata de alimentarnos saludablemente porque el cliché de que cada cuerpo y organismo es diferente ES REAL, cada quien necesita diferentes cosas para funcionar de manera óptima. Lo que sí aplica para todos son ciertas recomendaciones que son benéficas como ingerir poca azúcar (refinada o procesada, mejor consumirla en frutas o la opción más saludable como monk fruit) y sal, además de una dieta rica en frutas y verduras.
De hecho, en un estudio realizado por la American Heart Association en casi 2 millones de personas observaron que la ingesta de 5 porciones al día de frutas y verduras, o 2 porciones de fruta y 3 porciones de verduras, estaba asociado con una mortalidad más baja (a excepción de las verduras con almidón como la papa y el maíz) tanto por causas específicas (cáncer, por ejemplo), como por enfermedades cardiovasculares y respiratorias.
Una dieta bien equilibrada no sólo da como resultado una mejor salud y composición corporal en general, sino que debido al eje intestino-cerebro también puede afectar positivamente nuestra salud mental. Esto sucede porque los alimentos pasan por distintas vías y tienen un efecto importante sobre nuestras hormonas así como en los centros cerebrales que controlan las señales de hambre, saciedad y conducta alimentaria, además de las emociones.
Por lo mismo, un estudio publicado en el Journal of Personalized Medicine en mayo de este año encontró que el consumo de comida rápida o alimentos muy procesados se relacionaba con peores puntuaciones en el estado de ánimo, así como alimentos con un índice glucémico alto (que aumentan el azúcar en sangre rápidamente) tipo los carbohidratos refinados como las papas fritas, el pan blanco y los alimentos azucarados. Mientras que comer alimentos como nueces, pescado y verduras de hoja verde se asocia con un estado de ánimo más positivo. En específico, para mujeres mayores de 30 años, una dieta saludable podría ser crucial para prevenir ansiedad y depresión.
Ahora, este estudio analizó la correlación, no la causalidad, por lo que no está claro si los alimentos provocaron directamente los cambios en el estado de ánimo. Podría ser, por ejemplo, que las personas más felices tengan más probabilidades de tomar decisiones más saludables, mientras que las personas ansiosas o deprimidas tienden a buscar opciones menos saludables.
Los investigadores también encontraron que el ejercicio era un factor importante en la salud psicológica de los participantes. Tanto los hombres como las mujeres que se ejercitaban, aunque fuera un poco, tendían a presentar una mejor salud mental que aquellos con hábitos más sedentarios. Si nos faltaba un motivo más para hacer ejercicio, ahora sabemos que es excelente tanto para la salud mental como para la salud física.
En resumen, la clave está en tres cosas: comer tus 3 porciones de verdura y 2 de fruta diariamente, mantenerte activo con el ejercicio que sea que te acomode y fijarte en la calidad de los alimentos que elijas consumir. Con estos hábitos tienes más posibilidades de cumplir muchos años, lo que sí es un hecho es que te darán una calidad de vida en la que, estoy segura, la vas a pasar mucho mejor.
Fuentes:
- Begdache, L., Patrissy, C,M. Customization of Diet May Promote Exercise and Improve Mental Wellbeing in Mature Adults: The Role of Exercise as a Mediator. 2021
- Wang, D., Li, Y., et al. Fruit and vegetable intake and mortality. 2021
- United States Department of Agriculture (USDA). Dietary Guidelines for Americans. 2000