
¿Qué diablos son los probióticos y por qué son tan famosos?
De un día para otro, los probióticos se volvieron los reyes del mambo y protagonistas de comerciales, farmacias y tiendas de suplementos, en una de esas tu doctor/@ o nutriólog@ ya te los recetaron desde hace tiempo pero, ¿sabes exactamente qué son?
Empecemos con la respuesta más simple: los probióticos son microorganismos vivos (sí, escuchaste bien: ¡SON MICROBIOS!) que, cuando se ingieren en cantidades adecuadas, pueden ayudar a la salud. Esto puede causar shock al principio porque se supone que las bacterias son malas y por eso el doctor nos manda antibióticos, pero la realidad es mucho más compleja.
Hoy sabemos que existe la microbiota, que son bacterias buenas que viven en nuestro cuerpo, en la piel, en la boca, el estómago, el intestino, en los pulmones y otros lugares. Es más, tenemos tantas bacterias viviendo en nuestro cuerpo que si comparamos el número de células que tenemos vs. el número de microbios, resulta que solo somos 10% humanos. ¡¡¡SOMOS MÁS MICROBIOS QUE HUMANOS!!!
Pero repito, estamos hablando de microbios buenos, los microbios que nos enferman se llaman patógenos. De hecho mientras más microbiota tengamos, más protección tenemos contra los patógenos, aunque, como regla general de la vida, todo en exceso es malo y si tenemos muchas, muchísimas, bacterias buenas, también puede ser malo.
¿Qué hace la microbiota?
Además de protegernos contra patógenos y hacer nuestro sistema inmune más fuerte, nos ayuda a digerir comida que nosotros no podemos y, entre muchas otras cosas, todas sus funciones hasta pueden llegar a tener un impacto en nuestras emociones. Escuchaste bien, las bacterias que viven en nuestro intestino se comunican con el cerebro y al revés cuando pasamos por eventos de estrés y/o ansiedad, lo que impacta directamente en el tipo de bacterias que tenemos. A veces no sabemos con exactitud cómo pasa esto, se tienen muchas teorías pero los científicos sí han visto una relación entre el tipo y cantidad de microbiota que tenemos con enfermedades relacionadas a la salud mental como depresión y ansiedad. También se ha encontrado una relación con el sobrepeso, asma, artritis reumatoide y cáncer de colon, por mencionar algunas.
Hasta aquí sabemos que tenemos “bichos” buenos y malos, que cuando tenemos malos sí debemos tomar antibiótico, PERO tenemos que buscar tener variedad y cantidad adecuada de microbiota y para esto tenemos que buscarla, cuidarla y no matarla. ¿Cómo? Aquí es donde entran los famosos probióticos.
El camino hacia una microbiota sana empieza desde que nacemos
Si fuiste parto natural tienes las bacterias buenas de tu mamá; si fuiste cesárea, estás un poco en desventaja. La leche materna también juega un papel fundamental, tanto como estar expuesto a la naturaleza y animales desde muy pequeños.
En cualquiera de los casos, lo bueno es que ahora también puedes conseguir esas bacterias en alimentos fermentados como el kéfir, kombucha, tempeh, chucrut y en algunos casos la suplementación con probióticos (que, repetimos, son las bacterias buenas que vienen en cápsulas) nos pueden ayudar.
¿Por qué solo en algunos casos se recomiendan los probióticos?
Porque existen muchos tipos. Los que más se usan en medicina son: bifidobacterium, lactobacillus, streptococcus y saccharomyces antimicrobianas y cada uno de estos se divide en cepas. El tipo de cepa que te puede ayudar a ti depende de la microbiota que tú ya tienes. Tu doctor te puede recomendar la cepa correcta para ti porque se ha visto que algunas enfermedades mejoran con ciertos tipos de cepas, pero otras pueden empeorar los síntomas o simplemente no funcionan para la enfermedad que se quiere tratar.
Ahora... ¿Cómo podemos cuidar nuestra microbiota? De la forma más deliciosa del mundo: ¡Alimentándola! Comer saludable, mucha fibra, carbohidratos complejos (como pan integral), evitar azúcares y alimentos procesados. Ésta es la mejor forma de cuidar a nuestros amiguitos y no matarlos, por eso es super importante que solo tomemos antibiótico cuando tu doctor de cabecera te lo recete. Porque el antibiótico no es inteligente, él no sabe qué bacterias son buenas y cuáles son malas, él mata a diestra y siniestra todo lo que se le atraviesa, de ahí que los doctores muchas veces dejan consumir probióticos después de una infección donde te preescribieron antibióticos o un desparasitante, porque debemos reclutar otra vez más guerreros buenos.
Así que no hay de otra: debemos pasear lo más posible al aire libre, convivir con mascotas todo lo que podamos y comer delicioso, saludable y balanceado. Ni modo, hay que sacrificarse para estar sanos y llenos de microbios.
Fuentes:
- Wieërs, S., Belkhir, L., et al. How probiotics affect the microbiota. 2020
- Carding, S., Verbeke, K., et al. Dysbiosis of the gut microbiota in disease. 2015
- Frei,R., Akdis, M., et al. Prebiotics, probiotics, synbiotics, and the immune system: experimental data and clinical evidence. 2015
- Tojo González, R., Suárez, A., et al. Irritable Bowel Syndrome; gut microbiota and probiotic therapy. 2015
- Hill, C., Guarner, F., et al. The International Scientific Association for Probiotics and Prebiotics consensus statement on the scope and appropriate use of the term probiotic. 2014