Manual para vivir en equilibrio sin desmotivarse en el intento

Manual para vivir en equilibrio sin desmotivarse en el intento

Alejandra Benitez

Muchas veces escuchamos que la base de la salud es el equilibrio entre lo físico, lo mental y lo emocional y sí, pero ojalá fuera tan fácil lograrlo como decirlo. La realidad es que alcanzar ese balance es todo un reto que además necesita tiempo, perseverancia, paciencia y un proceso de adaptación consciente que termina por ser una etapa que también nos pone a prueba.

Entonces, ¿cómo lograr ese equilibrio sin sufrir en el intento? ¿Cómo sostener un estilo de vida saludable? ¿Cómo disfrutar de una buena alimentación y ejercitarnos al mismo tiempo? ¿Cómo evitar aislarnos, divertirnos y ser productivos al mismo tiempo?

La prisa no es tu aliada, el tiempo sí

En la desesperación por mejorar nuestra salud tendemos a buscar soluciones rápidas e inmediatas que eliminen de tajo nuestros malos hábitos. Buscamos dietas rápidas, programas de detox que prometen efectividad y rapidez para perder peso, rutinas cortas e intensas de ejercicio o respuestas radicales ante situaciones que nos generan estrés.

Desde mi perspectiva, este tipo de conductas son insostenibles. Puede que obtengamos beneficios a corto plazo, haciéndonos creer que encontramos el remedio mágico a la pregunta inicial pero al poco tiempo este sistema “inmediato” colapsa y recaemos en los malos hábitos.

En algún lugar leí que si haces un cambio del 1% en tu vida cada día, al final de un año habrás cambiado 365 veces. Al principio, esta perspectiva puede sonar poco alentadora ante la urgente necesidad de sentir los beneficios de un estilo de vida equilibrado, pero es justo este tipo de técnicas muy “paso a pasito” las que son mucho más sostenibles y duraderas.

Romper el patrón es la respuesta

Soy terapeuta de desórdenes de alimentación y personas altamente sensibles. Todos los días trabajo en romper patrones con mis pacientes, en desarrollar herramientas de bienestar que ayuden a modificar conductas que han sido reforzadas por años y puedo decir que definitivamente los grandes resultados vienen con la suma de metas alcanzables y hábitos constantes.

No existe una fórmula perfecta para encontrar el balance y el equilibrio ideal, pero es posible construir gradualmente hábitos que promuevan el bienestar integral.

Si el deseo es llevar una alimentación saludable, ser deportista, llevar una vida social y trabajar al mismo tiempo es importante TENER PACIENCIA Y SER CONSTANTES. Ponerse metas reales y sostenibles es una fórmula que no falla, te lo juro. Por ejemplo, empezar por reducir el azúcar, hacer una caminata de 20 min, cumplir con un objetivo laboral y agendar un café con algún amigo en la misma semana, no suena tan imposible, ¿cierto? Una vez logrado y arraigados estos cambios en la conducta se trabaja en mejorar gradualmente porque repito: no se trata de rapidez se trata de tiempo.

Dicho todo lo anterior, te dejo un paso a paso extendido de las áreas en las que puedes trabajar poco a poco hasta que se vuelvan parte de tu vida y normalidad.

MANUAL PARA VIVIR EN EQUILIBRIO SIN DESMOTIVARTE EN EL INTENTO

Rutina

Tener una guía de nuestro día ayuda a generar disciplina y constancia, no tiene que ser un plan difícil de seguir, sino una estructura que nos ayude a ordenar las actividades que queremos lograr a lo largo del día. Al tener una rutina sólida con el paso del tiempo será más fácil apegarse cuando la mente busque distraernos. Para este punto, puedes hacer una lista a primera hora de la mañana que te ayude a tener claro las cosas por hacer. Es una herramienta fácil, rápida y que no pide mucho más esfuerzo.

Metas alcanzables

Es importante tener objetivos claros, estos deben de ser alcanzables, es mejor lograr “poco” que de plano nada o abandonar lo inalcanzable. Asegúrate de crear objetivos que sepas que puedes lograr a corto plazo. No tiene el mismo efecto tomar un boost de vitaminas y minerales en un día que tomar un tratamiento de tres meses que refuerce nuestro sistema inmune.

Hidratación

Es increíble el efecto de la hidratación en el cuerpo y en la mente. Está comprobado que la deshidratación tiene consecuencias en la memoria, en la atención y en la resolución de problemas. El cerebro está constituido en un 85% por agua, así que una forma de cuidar tu salud y bienestar en general es cuidando tu hidratación. Sí, aunque suene a comercial es vital tomar agua, líquido que también lo encuentras en algunos alimentos que nos ayudan a hidratar por su gran contenido de agua como el pepino, la jícama y la sandía.

Movimiento

El cuerpo y la mente necesitan movimiento para funcionar, no somos seres estáticos, sino dinámicos. Muchas veces nos estancamos emocional y físicamente por falta de actividad. Recordemos la importancia de tener metas alcanzables. Por ejemplo si queremos empezar a hacer ejercicio escoger una actividad sencilla como empezar a caminar, elegir las escaleras en lugar del elevador o transportarse en bici son opciones alcanzables. El primer objetivo a alcanzar es empezar a movernos, no ser un atleta de alto rendimiento.

Alimentación

Es verdad, el alimento es el combustible del cuerpo y dependiendo de la calidad de lo que comamos dependerá el funcionamiento de nuestro organismo. Para que nuestro cuerpo en todos sentidos funcione de manera óptima necesita combustible de calidad.

Desafortunadamente, con el tiempo se ha distorsionado el término “comer saludable”. Hemos confundido “sano” con “restricción” o con tener que seguir un tipo de dieta específico con un montón de reglas para poder cuidarnos. En mi experiencia personal y como terapeuta NO FUNCIONA, la restricción genera ansiedad y estrés metabólico muchas veces seguida de atracones, frustración por no poder seguir “la dieta”,  ganancia o pérdida de peso no saludables y se pueden llegar a desarrollar trastornos alimenticios.

La dieta solo es recomendable si existe una condición específica o enfermedad en donde la persona por salud necesite seguir un tipo de régimen.

Trabajo con pacientes que tienen desórdenes de alimentación y junto con nutricionistas especialistas en el tema, hemos comprobado que lo que mejor funciona para mantener una alimentación equilibrada es seguir la “regla” del 80%-20%. La mayor parte de los alimentos deben ser nutritivos, balanceando así todos los grupos alimenticios (SÚPER TIP: entre menos ingredientes y menos procesados es más nutritivo). Para que esto sea sostenible, es importante que ese 20% de alimentos que consumimos sea por gusto, por compartir con otros o simplemente por antojo.

Si no lo disfrutas, la culpa hace de las suyas. Si se consumen estos alimentos con moderación, sin reglas y a lo largo del tiempo disminuyen los episodios de ansiedad. Y por supuesto si no sabes cómo empezar, un nutricionista que tenga este enfoque es lo ideal.

Sociabilidad

Cuando por alguna razón pasamos por una situación dolorosa o que nos genera un alto nivel de estrés tendemos a aislarnos. Es normal, buscamos momentos y espacios que nos ayuden a contenernos para autorregularnos y es necesario. Sin embargo, retomar la vida social también es imprescindible para mantenernos san@s o ayudarnos a superar el episodio.

Somos seres sociales y por lo tanto compartir con otros es importante para el bienestar general. Tal vez tener compromisos todos los fines de semana es insostenible y abrumador, pero de vez en cuando es importante. No se trata de dedicarle mucho tiempo, sino tiempo de calidad. Puedes empezar con planes como un café, ir a comer con algún amigo o invitar a alguien a casa, a tu espacio “seguro”, eso lo hace más accesible.

Otra forma de socializar es buscar actividades colectivas en donde aunque no haya una interacción íntima, el compartir en grupo nos ayuda a salir de nosotros mismos, como unirte a un club de corredores ;)

Salud mental

Aquí no aplica el ir despacio. Si necesitas ayuda pídela, no te esperes. Desafortunadamente las enfermedades mentales no son tan evidentes como puede ser un tumor y por eso se minimiza, sin embargo son igual de importantes y su medicina es la terapia y la psiquiatría (en caso necesario).

El miedo y los tabúes alrededor de esto, quiero creer que cada vez son menos, pero todavía hay mucho trabajo que hacer sobre la conciencia social en cuanto a salud mental y emocional.

Así como la detección temprana de cualquier enfermedad nos permite actuar y aplicar tratamientos y métodos preventivos también aplica en la salud mental y emocional. Cuando llegan pacientes en una etapa temprana de la enfermedad emocional, ansiedad o depresión la mayoría de las veces podemos evitar que la situación se convierta en crónica.

Y por supuesto: ¡AYUDA!

Recurre a tu red de apoyo y consigue a los profesionales que necesites para que te ayuden en este proceso y logres ver los cambios además de sentirte mejor. Aparte de estas recomendaciones te darán herramientas personalizadas que irán de acuerdo a tu historial, experiencia y hasta personalidad. Me refiero a ir con un psicólog@, un health coach, un nutriólog@ o el doctor de tu preferencia.

Recuerda: no hagas cambios radicales en tu estilo de vida que no sean duraderos, haz cambios significativos que se vuelvan permanentes.