El ejercicio como vacuna diaria

El ejercicio como vacuna diaria

Dra. Ana Ceci Jara

Desde que llegó el SARS-CoV2 a nuestras vidas hemos tenido que cambiar y replantear la forma en que vivimos y funcionamos día a día, en lo general y en lo particular. Confinamiento, uso de cubrebocas, termómetros para entrar a cualquier lugar, gel antibacterial por todos lados y la distancia de seguridad que tanto cuida nuestro espacio vital son hábitos que hemos tenido que adoptar y practicar dentro de nuestra rutina diaria como algo normal.

Así como ha evolucionado nuestra forma de coexistir con este virus, también hemos observado que el riesgo de verse afectado gravemente por COVID-19 varía y depende de muchísimos factores. Al principio sabíamos que los adultos mayores eran el grupo con mayor riesgo de muerte; después supimos que las personas con obesidad y otras afecciones como la diabetes tipo 2 o alguna enfermedad cardiovascular tienen más riesgo de padecer mayores complicaciones provocadas por COVID-19 en comparación con personas sin otras enfermedades.

Ahora, gracias a toda la información que nos han arrojado los estudios y avances científicos en el tema, además de replantear la forma en que vivimos, nos ha permitido caer en cuenta, de forma individual y colectiva, que los buenos hábitos de vida y en específico la alimentación y el ejercicio son una herramienta imprescindible para mantenernos fuertes, sanos y prevenir cualquier padecimiento, incluso los efectos causados por el coronavirus.

Siempre nos han dicho que el ejercicio tiene múltiples beneficios, como producir una buena dosis de endorfinas que nos hacen sentir mejor, ayudar a la pérdida o mantenimiento de peso, controlar los niveles de azúcar en la sangre o inflamación, regular la función cardiovascular e inmunológica y hasta su relación con un menor riesgo de desarrollar cáncer o demencia.

Hacer ejercicio provoca una mayor capacidad cardiopulmonar, y se ha encontrado que este factor predice un mucho mejor desenlace clínico, por lo que la American Heart Association (AHA, por sus siglas en inglés) propuso que se integrara como una constante en la práctica clínica e incluso algunas instituciones de salud ya han incluido el ejercicio como tratamiento, llamándolo la "medicina del estilo de vida". En resumen: el ejercicio tiene tantos beneficios que resulta mejor que cualquier medicamento, lo malo es que no se puede empaquetar en una pastilla.

Lo bueno es que con tan solo 10 minutos de ejercicio a la semana se reduce 18% el riesgo de muerte por cualquier causa. Los beneficios del ejercicio siguen una curva de dosis-respuesta, lo que quiere decir que cuanto mayor es la dosis de actividad, menor es el riesgo de muerte. Por ejemplo, personas que realizan hasta 1500 minutos por semana, tienen 46% menos riesgo de muerte por cualquier causa.  

En un estudio reciente publicado en el British Journal of Sports Medicine compararon las tasas de hospitalización en unidades de cuidados intensivos y mortalidad para pacientes con COVID-19 que realizaban actividad física constantemente contra pacientes inactivos. Encontraron que los pacientes inactivos tenían más del doble de riesgo de hospitalización y 2.5 veces más riesgo de muerte por COVID-19 que aquellos pacientes que realizaban actividad física constantemente. Esta es información contundente que sin duda detecta un vínculo entre el nivel de actividad física en la vida diaria con la disminución del riesgo de desenlace grave por COVID-19. ¡NOTICIÓN!

Por lo tanto, lo único que tienes que hacer es adoptar poco a poco un estilo de vida más activo, si es que no lo tienes en este momento. Encuentra el tipo de ejercicio o deporte que te gusta y funciona para ti, todos somos diferentes y por lo tanto necesitamos cosas diferentes, no te obligues a hacer el que los demás hacen. Si no te gusta correr, no corras, haz el que disfrutes. Si ya tienes un estilo de vida activo, ¡por favor sigue así! El tiempo mínimo de ejercicio recomendado para obtener beneficios en la salud son 150 minutos de actividad de intensidad moderada por semana, que podrías cumplir incluso al caminar a paso acelerado.

Así que ya lo sabes: hoy más que nunca es importantísimo que integremos la actividad física a nuestras vidas, remodelar nuestro entorno de vida y ajustar los hábitos que nos ayudarán a mantener y extender nuestra salud.

Fuentes:

  1. Zhao, M., Veeranki, S.P., et al. Beneficial associations of low and large doses of leisure time physical activity with all-cause, cardiovascular disease. 2019.
  2. Sallis, R., Young, D.R., et al. Prevalence, severity and nature of preventable patient harm across medical care settings: systematic review and meta-analysis. 2021.
  3. Ross, R., Blair, S., et al. Importance of Assessing Cardiorespiratory Fitness in Clinical Practice. 2016.
  4. Centers for Disease Control and Prevention. COVID. 2019.
  5. World Health Organization. Coronavirus disease. 2019.