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Cuidados preventivos: nuestro enfoque

Laura Nequis
11.5.23
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su salud

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A estas alturas de la vida, seguramente ya te ha cruzado por la cabeza la idea o intención de hacerte check ups médicos por diferentes razones, porque has oído a alguien hablar de ellos, porque sabes de personas que se los hacen puntualmente cada año o tal vez por los mensajes subliminales del mundo digital o apps de entretenimiento. Normal.

Seguramente también te ha llegado la información de lo importante que es hacerlos cada cierto tiempo, lo que puedes descubrir sobre tu salud a través de ellos o las distintas formas de realizarlos pero ¿son realmente necesarios? ¿Todos somos candidatos a este tipo de check ups? Y si sí, ¿cada cuánto se tienen que hacer realmente?

Para resolver todas estas preguntas de forma práctica, en Sofía decidimos integrar la prevención como un pilar del seguro que diseñamos y los servicios médicos que ofrecemos porque creemos que sin duda es la llave maestra de un verdadero cuidado de la salud. Este enfoque por supuesto responde a las recomendaciones de guías nacionales e internacionales en salud preventiva o, dicho de otro modo, en medicina basada en evidencia científica, es decir, solo lo que se ha comprobado que funciona bajo los estándares más estrictos, se debe aplicar.

Dile sí a las consultas preventivas

Uno de esos musts médicos son las consultas preventivas, que deben hacerse desde que somos pequeños hasta nuestros últimos días. Es importantísimo que un médico valore nuestro desarrollo mientras crecemos y envejecemos, nuestros hábitos y antecedentes médicos porque, en caso de existir alguna bandera roja, podrá revisar y tratar con tiempo, ganando así grandes posibilidades de prevenir alguna enfermedad.

Por ejemplo, hay muchas enfermedades que son muy comunes en personas de ciertas edades y, si se realizan estudios de monitoreo durante ese “periodo de riesgo”, se pueden detectar en etapas tempranas, como es el caso de las mastografías y el cáncer de mama.

Este tipo de seguimiento o “vigilancia” es algo que tienes al alcance de un clic desde que contratas nuestro seguro. Para empezar, desde el minuto uno te pedimos que agendes una “Videoconsulta Preventiva”, que es básicamente una videollamada a través de la app donde conoces al dr. o dra. de cabecera (que es médic@ internista) que te asignamos y que te acompañará durante toda tu estancia en Sofía.

Su función es hacer tu historia clínica lo más detallada posible, ell@s registran tu estilo de vida, antecedentes médicos e historial familiar y de acuerdo con toda esa información hacen un plan de salud preventivo a tu medida: te dan recomendaciones para tener un vida más sana, para disminuir o eliminar ciertos riesgos de salud que vean en tu perfil, te mandan a hacer estudios en caso de ser necesario precisamente para prevenir enfermedades o sus complicaciones. Además te dan seguimiento cada cierto tiempo de acuerdo a tus necesidades para monitorear tu evolución o estado de salud.

Hacer estudios o no hacerlos

Pero y ¿qué pasa con los estudios de sangre que te haces cada año? ¿Es necesaria la química sanguínea de los chorrrrrooooomil elementos? ¿Necesitas hacerte exámenes de orina? ¿Te tienes que hacer radiografías? La respuesta a todas estas preguntas es una muy común en medicina hoy en día: depende.

Depende de todo lo que ya mencionamos que revisa tu dr/a de cabecera, porque la medicina debe de ser individualizada y no todos necesitamos los mismos estudios preventivos. También de si eres hombre o mujer, de tu edad, tu historial familiar, tus hábitos alimenticios y de vida y finalmente, de tu peso (si tienes signos y/o síntomas que sean sospecha de una enfermedad).

Tal vez ahora te surja la duda de por qué, si son de forma preventiva, puede estar mal que te los hagas. Los médicos y científicos llevan varios años cuestionándose lo mismo y se pusieron a investigar para tenerlo claro. Lo primero que hicieron fue definir qué son los estudios preventivos y acordaron que son todos aquellos cuyo objetivo sea diagnosticar enfermedades en su etapa temprana, cuando aún no presenta síntomas o los síntomas son muy leves. Además, este diagnóstico oportuno debe generar un beneficio en el desenlace de la enfermedad.

Después de definir qué eran realmente los estudios preventivos empezaron a estudiar qué pasaba con la gente que se los hacía, descubrieron que cuando nos hacemos pruebas de detección que no están individualizadas, pueden causar más daño que beneficio.

La realidad del sobrediagnóstico y el sobretratamiento

Además de sangrar nuestra cartera y gastar recursos innecesarios en salud, estas pruebas no hacen otra cosa más que hacernos pasar un mal rato. El simple hecho de ir al laboratorio para que nos piquen nos puede generar estrés o ansiedad y si un valor sale alterado puede ser que sea un falso positivo pero ya dio pie a más estudios, pruebas y tratamientos aún más invasivos que un piquete de sangre.

Durante estas investigaciones también observaron los fenómenos de sobrediagnóstico y sobretratamiento. Esto es, por ejemplo, que un valor en los resultados salga alterado por una cosita de nada y que sin evaluar el resto de los factores se le de un tratamiento (que puede ser agresivo o no, o puede tener efectos adversos o no) cuando realmente no era necesario.

La contraparte es que una significante proporción de personas nunca se entera de su enfermedad sin este tipo de pruebas, y hasta puede alcanzar la muerte por una causa totalmente ajena, pero su calidad de vida siempre se ve afectada.

Entonces, lo mejor que puedes hacer es siempre ir con un profesional de la salud que te haga un plan de prevención diseñado específicamente para ti, con pruebas que han demostrado que sí aportan un beneficio para cuidar tu salud de forma preventiva.

Fuentes:

  1. Honnekeri, B., Vyas, A., et al. Routine health check-ups: A boon or a burden. 2016.
  2. Ebell, M., Herzstein,J. Improving quality by doing less: overscreening. 2015.
  3. Peres, J. New PSA Guidelines Discourage Overscreening. 2012.


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