Cobertura sin atención médica, ¿sirve?

Cobertura sin atención médica, ¿sirve?

Edgar Núñez

La sobrevida, la salud y la calidad de vida han mejorado sustancialmente alrededor del mundo gracias a los avances científicos y a la práctica de la medicina. Sin importar el nivel socioeconómico que se analice, la diferencia es enorme entre las personas que nacieron hace 100 años a las que nacieron hace 50.

Hoy casi cualquier persona que lleve hábitos de vida saludables y que obtenga adecuados servicios de salud, puede llegar a vivir más de 70 años sin mucho esfuerzo, cosa que no ocurría en la primera mitad del siglo pasado. Lo que ha logrado que tú y yo tengamos una buena calidad de vida es la atención en la salud, el cuidado médico que podemos tener y no lo que los sistemas de salud conocen como “cobertura en salud”.

Tanto en los sistemas públicos y privados de salud, se ha hecho un esfuerzo bastante grande (y nada despreciable) para que las personas tengan cobertura en caso de necesitar atención médica, pero tener cobertura no implica necesariamente que la atención médica ocurra, que ésta sea de buena calidad o a precio accesible.

Un ejemplo muy sencillo para explicar lo anterior es lo que ocurre actualmente en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Al término del 2020, según el INEGI, 51% de la población mexicana (poco más de 50 millones de personas) eran consideradas derechohabientes del IMSS. Esto quiere decir que en la República Mexicana, la mitad de la población puede acudir al IMSS a recibir atención médica, lo que equivale a “cobertura”, pero la realidad es otra. Tener la posibilidad de recibir atención no implica necesariamente recibirla.

¿Por qué? Si tenemos, por ejemplo, la necesidad de acudir a una clínica del IMSS por la razón que sea (una torcedura, un dolor abdominal, un accidente, por decir algunos ejemplos...) y la clínica está llena y no logramos recibir atención, tenemos cobertura pero no atención médica.

Otro caso que últimamente ha sido muy sonado en México es el desabasto de medicamentos. Al acudir a una clínica del IMSS o de cualquier instancia pública, por el hecho de tener cobertura de medicamentos y tener derecho a los fármacos, no implica que –a pesar de que existe la necesidad y aunque los médicos del IMSS lo hayan prescrito– la gente reciba los medicamentos y, por ende, que reciban el beneficio médico que necesitan.

Desafortunadamente no solo ocurre en el sistema de salud público. Aunque de una manera diferente, en la medicina privada también existe la cobertura sin atención médica, el ejemplo más claro es lo que pasa al comprar un seguro médico que en realidad nunca usamos (la mayoría de las veces porque el deducible es demasiado alto). Invertimos grandes cantidades de dinero pero en nuestro día a día eso no sirve de nada.

Es bastante frecuente esta situación en las personas que tienen un seguro de gastos médicos mayores, ya sea porque fue contratado individualmente o porque tenemos un seguro que nos otorga la empresa en la que trabajamos, la gran mayoría de los seguros están enfocados para gasto médico mayor, para las cosas grandes o como escucho frecuentemente: para eventos catastróficos.

Esto es debido a que los seguros tienen un deducible y el gasto médico que ocurre por debajo del deducible lo paga la persona y no la aseguradora, lo que significa tener cobertura pero no cuidado médico, sobre todo para un gasto médico menor. ¿Qué implicaciones tiene? Un gasto muy grande para las personas ya que las enfermedades más comunes son las que se consideran gasto médico menor y justo son las que no cubren las aseguradoras porque no se alcanza el deducible.

Imaginemos ahora una cobertura que sí tenga cuidado médico. Un seguro que sea para usarse y que en los momentos importantes, aunque sean de gasto médico menor, haya cobertura y también atención médica. Para esto se necesitaría un seguro que no tenga deducible, y que cubra, tanto gasto médico mayor como gasto médico menor.

De esta necesidad nació nuestra inquietud por crear un producto que respondiera a las dos situaciones. En Sofía nos hemos preocupado mucho por que las personas que contratan nuestro seguro tengan cobertura y cuidado médico. También nos preocupamos por tener el suficiente número de doctores, hospitales, laboratorios y hasta farmacias para que tengas acceso a la mayor cantidad de servicios médicos, además de trabajar con proveedores que puedan surtir los medicamentos e insumos que se requieren en el menor tiempo posible.

Aunque todavía no podemos llegar a tantas personas como nos gustaría y ayudarlas de muchas más formas, diario trabajamos para lograrlo, al derribar cada vez más barreras y superar los mil obstáculos que supone este tipo de iniciativas, todo para aumentar los tipos de seguros que tenemos, dar un servicio de alta calidad y acercarnos cada vez más a ese punto donde siempre que haya cobertura, haya atención médica.

Fuentes:

  1. Inegi. 2020.
  2. Peláez Herrero, O. Descripción y proyección de la esperanza de vida al nacimiento en México (1900 -2050). 2009.