Anemia: tan común y tan desapercibida

Anemia: tan común y tan desapercibida

Sofía Canales

Querid@ lector/a, si eres de l@s que se desmaya al ver sangre, no te preocupes, estoy segura de que al terminar de leer este artículo le vas a perder el miedo y hasta vas a agradecer tenerla. Para que eso pase, voy a empezar por explicarte dónde se forma la sangre y es nada menos y nada más que… ¡en los huesos! En la médula ósea para ser más específicos, que es ese material esponjoso encargado de crear las células sanguíneas de nuestro cuerpo. Así que la próxima vez que te comas un taquito de tuétano te acuerdas de mí y de este artículo. Pero, ¿qué tiene que ver la sangre con esta enfermedad? La respuesta es TODO.

De rojo te ves mejor

Aunque no tengas ningún familiar médico seguramente has escuchado hablar de este tema, es tan común que lo más probable es que algún conocido o tú mism@ hayan tenido anemia. Como buena amante de la etimología, tengo que contarte que la palabra viene del griego “anaimia”, que significa an (sin) + haima (sangre). Evidentemente nadie puede vivir sin sangre, lo que en realidad significa el nombre es que los niveles de hemoglobina son más bajos de lo normal. Dependiendo de qué fuente médica consultes, varía el rango, pero en general se considera <14 en hombres y <12 en mujeres, ya que nosotras menstruamos cada mes y no se puede medir igual.

Ahora, en el interior de tus venas y arterias se encuentra la hemoglobina, específicamente en las células que le dan el color rojo a la sangre: los eritrocitos. La función de estos es captar oxígeno y transportarlo a los tejidos a través de la hemoglobina, por eso cuando hay menos concentración de este en el aire, como en la Ciudad de México, tu cuerpo tiene que producir más eritrocitos para captar el oxígeno que necesita para funcionar correctamente. Al tener anemia, el volumen total de tus eritrocitos no es suficiente para aportar este elemento químico a tus tejidos y es ahí cuando aparecen sus síntomas silenciosos.

¿Por qué da?

Si te soy honesta, la anemia es de los temas más amplios en medicina y esta “simple” baja de hemoglobina tiene fácil más de 40 causas, como no las puedo poner todas te voy a platicar las más comunes. En términos generales hay tres causas por las cuales puedes tener anemia:

1. El cuerpo no produce suficientes células rojas.

2. Se destruyen más células de las que se producen.

3. Alguien perdió muchas células de jalón a causa de una enfermedad.

Te doy unos ejemplos para que entiendas mejor. Dentro del primer grupo, es decir, donde el cuerpo no produce suficientes células rojas, la causa más común es deficiencia de hierro, un componente esencial de la hemoglobina, por lo tanto, si tu cuerpo no tiene los ingredientes no puede producir células rojas. Otras causas por las que tu cuerpo podría no tener suficientes eritrocitos es porque la médula ósea no funciona bien por alguna infección, enfermedad en los riñones o en el hígado.

La segunda causa –porque se destruyen más eritrocitos de los que se producen–, se debe a enfermedades hereditarias que producen células rojas raras que el cuerpo reconoce como extrañas y las destruye. Otras causas de esto pueden ser el veneno de araña o la toma de algunos antibióticos, una razón más para pensarlo dos veces antes de tomarte un antibiótico sin receta.

El último caso es donde se pierden muchos eritrocitos al mismo tiempo y el ejemplo más clásico son las mujeres con menstruaciones muy abundantes. Otra razón podría ser un sangrado, pero a menos de que te cortes el dedo completo mientras cocinas, generalmente la médula ósea, con el tiempo, puede reponer las pérdidas.

Es importante decir que existen otras causas que pueden provocar anemia como la falta de vitamina B12 y ácido fólico. No es raro ver a pacientes que por hacer dietas restrictivas o por volverse vegan@s de la noche a la mañana sin supervisión médica, desarrollen anemia, por lo que, una vez más te repito: sean cuales sean tus preferencias alimentarias, consulta a tu doctor/a antes de hacer cualquier dieta.

En resumen, las causas por las que puedes tener anemia son muchísimas, lo bueno es que sí puedes hacer cosas para contrarrestarla o reducir el riesgo de desarrollarla como consultar tus dudas con un/a profesional de la salud, comer alimentos que contengan hierro (espinacas, huevo, carne, avena), vitamina B12 (sardinas, queso, yogurt) y ácido fólico (lentejas, garbanzos y vegetales de hojas verdes).

Las red flags de la anemia que no puedes ignorar

Generalmente las personas que tienen anemia presentan síntomas inespecíficos (que también te los puede dar una cruda), entonces prométeme que antes de entrar en pánico y correr a hacerte una biometría hemática a tu laboratorio más cercano, le vas a hablar a tu doctor/a de cabecera primero.

Dependiendo de la gravedad, l@s pacientes anémicos pueden estar pálidos, sentirse cansados, con fatiga muscular, con palpitaciones o incluso tener dolores de cabeza y sensación de que les falta aire. Cuando es más severa o crónica, l@s pacientes pueden tener las famosas boqueras (lesiones en la boca), pica: la necesidad de comer tierra, gis o hielo (sí, no es broma) por deficiencia de hierro o de plano, ¡infartarse!

Para evitar que algo así te pase mantente alerta a estas señales y recuerda que ninguna pregunta es tonta, mejor despejar cualquier duda con tu doctor/a de cabecera. La anemia es tan común y con síntomas tan “normales” que en muchas ocasiones pasa totalmente desapercibida así que, ¡aguas con cualquiera de estas banderas rojas y a comer muchas espinacas como Popeye!

Fuentes:

  1. Camaschella, C. Iron deficiency anemia. 2015.
  2. Sabatine, M. Pocket Medicine: The Massachusetts General Hospital Handbook of Internal Medicine. 2020.
  3. Weiss, G., Goodnough, L. Anemia of chronic disease. 2005.
  4. The Lancet. Iron deficiency anemia. 2020.